El templo vendido de nichos vacios, la capilla de Balvanera.


El complejo conventual de San Francisco que presume de ser el primero en México, fue construido un par de años después de la caída de Tenochtitlán en 1524 con el apoyo y los materiales que proporcionaron Hernán Cortés y el Cacique de Texcoco, quienes se encargaron de asignar el lugar a la orden religiosa para edificar justo donde se presume se encontraba el Zoológico o casa de las Fieras de Moctezuma.

De esta construcción se distingue la Capilla de Balvanera, edificio que sigue en pie a unos pasos de la contrastante arquitectura de la Torre Latinoamericana, la cual cuenta con una fachada de estílo churrigueresco que se caracteriza por tener decoración recargada en su fachada y en los retablos que la conforman. 

La capilla ha sido sede de sucesos políticos interesantes, como la expulsión de la orden franciscana debido a una acusación de conspiración contraria al gobierno en 1856 y  la posterior partición en dos secciones para que pudiera pasar la calle providencia y por supuesto, la controversia venta por unos cuantos pesos durante el periodo de las Leyes de Reforma al particular Henry C. Miller lider de la iglesia evangelista, asociación que se encargó de quitar cada imagen representativa de los nichos de su fachada e interior. 

Esta capilla de casí 500 años, puede ser visitada en la calle Francisco I. Madero no. 7, donde puede observarse la fachada de lo que un día fue el primer convento franciscano en México, la cual aún sigue manteniendo la belleza que resiste ferozmente a los embates del tiempo y el hombre. 

Raúl Nieto García, El convento grande de San Francisco de la Ciudad de México. Patrimonio, 11. 


 Archivo Wikimedia commons.


 Archivo Wikimedia commons.

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