El color verde que se convirtió en homicida

En el siglo XVIII, el químico sueco Carl Wilhelm Scheele inventó un tono mortal llamado “el verde de Scheele”, un pigmento muy brillante que estaba mezclado con arsénico, muy parecido al verde esmeralda. 


El pigmento verde que creó Scheele fue muy famoso en su época. Se utilizó en pinturas de artistas muy famosos, así como para teñir telas y papel, incluyendo papel tapiz.  Después de un tiempo este color fue sustituido por “el verde de Paris” que también estaba hecho a base de cobre y arsénico y fue utilizado hasta el siglo XX. El tono ganó una gran popularidad, pero lo que no sabían entonces era que el arsénico era tóxico y mortal.

El pigmento provocó grandes tragedias, por ejemplo, una familia inglesa descubrió que la muerte de sus cuatro hijos no fue por la difteria, como habían pensado durante tanto tiempo, sino por el color verde que estaba en su hogar, presente en las alfombras, cortinas, muebles y papel tapiz.

El verde parís fue utilizado por Renoir, Monet, Cézanne y Van Gogh, los cuales lograron obtener paisajes hermosos en cada pintura con esta tonalidad, sin embargo, diferentes historias cuentan que este pigmento quizá contribuyó a la ceguera de Monet, a la diabetes de Cézanne y a los desórdenes neurológicos de Van Gogh. Durante mucho tiempo también se creyó que Napoleón había sido envenado intencionalmente con este pigmento que se encontraba en el tapiz de su recamara, teoría que después fue rechazada.

El químico  alemán  Leopold  Gmelin  (1788-1853) intentó sin éxito llevar a cabo una campaña para prohibir  estos  pigmentos, pero fue hasta 1960 que finalmente se consiguió.

Gasque, L. (2013). Arsénico, el elemento inclasificable. Educ.quím., 24(2): 495-500.

Redacción: Lidia Macías.







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