El mural de Orozco en una franquicia comercial.
En 1925 José Clemente Orozco por encargo de Francisco Sergio Iturbe Idaroff, pinta en la casa virreinal hoy conocida como la casa de los azulejos o como coloquialmente se le nombra como el Sanborns de los azulejos, el mítico mural Omnisciencia; una pieza que muestra con trazos rojizos el nacimiento del saber a través de la simbología de la fecundidad femenina, sin duda alguna es uno de los murales que encierran en sus trazos la profundidad de la pasión del muralista por la filosofía.
Omnisciencia en teología y filosofía refiere al complejo y perfecto conocimiento que Dios tiene de si mismo y de los seres del pasado, presente y futuro, es decir es la capacidad de saberlo todo. Un tema tan profundo que contiene tres importantes posibilidades simbólicas: la introspección la fuerza y la belleza.
El artista plasmo en figuras visuales morfológicas el relato de sus ideas, perneando el cubo de una escalera que nos permite acceder al panorámico segundo piso de la construcción. Hoy en día podemos visitar este mural en Avenida Francisco I. Madero no. 4 de la Ciudad de México, si escoges un buen lugar, puedes mirarlo a detalle desde la mesa desgastando uno de los platillos que te ofrecen en esta cadena comercial.
Omnisciencia en teología y filosofía refiere al complejo y perfecto conocimiento que Dios tiene de si mismo y de los seres del pasado, presente y futuro, es decir es la capacidad de saberlo todo. Un tema tan profundo que contiene tres importantes posibilidades simbólicas: la introspección la fuerza y la belleza.
El artista plasmo en figuras visuales morfológicas el relato de sus ideas, perneando el cubo de una escalera que nos permite acceder al panorámico segundo piso de la construcción. Hoy en día podemos visitar este mural en Avenida Francisco I. Madero no. 4 de la Ciudad de México, si escoges un buen lugar, puedes mirarlo a detalle desde la mesa desgastando uno de los platillos que te ofrecen en esta cadena comercial.
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