Libros hechos con piel humana
A lo largo de la historia, los libros nos han hecho viajar, reír e incluso
llorar, nos han brindado una gran cantidad de experiencias con las letras de
otros y gracias a ellos y por medio de la imaginación hemos conocido grandiosas
historias.
Una
de las tareas más importantes para la creación de un libro es encuadernarlo, es
decir, ensamblarlo a partir de hojas de papel dobladas o desdobladas a las que
generalmente se les coloca una cubierta que las proteja; se puede realizar con
diferentes materiales como papel, tela, metal e incluso piel humana, lo que
suena totalmente terrorífico.
La
encuadernación en este excéntrico material también es conocida como
“bibliopegia antropodérmica” y surgió en la Edad Media, contenía pedazos de
piel humana curtida y tuvo una gran popularidad durante los siglos XVII y
XVIII. Para realizar este exótico proceso se decidía utilizar piel de
prisioneros, de criminales peligrosos, por donaciones e incluso a través del
robo de tumbas. Probablemente, en el mundo exista una gran cantidad de estos
libros, algunos resguardados en bibliotecas especializadas, en fondos
reservados o en lugares secretos.
Diferentes
médicos llegaron a utilizar este tipo de técnica para encuadernar sus
escrituras, lo que solía ser considerado como un trofeo, una pieza única que
hacía concordar el contenido del libro.
Según
diferentes historias, la piel de homicidas y criminales peligrosos como John
Horwood, William Waite y George Cudmore llegaron a utilizarse para esta
cuestión.
Actualmente
se cree que la existencia de libros encuadernados con piel humana no solo se
encuentra en Europa, sino también en las bibliotecas de la Ciudad de México,
sin embargo, este hecho no está comprobado y solo son rumores vagos.
Redacción: Lidia Macías
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