Una lámpara capaz de robarte los colores

Olafur Eliasson, artista danés-islandés conocido por sus instalaciones experimentales, escultura, fotografía o cine, fue el creador de la obra “Room for one color (1997)”, instalación donde lámparas de monofrecuencia son capaces de eliminar todos los colores, convirtiendo todos los tonos en amarillo, negro y gris.

En su obra monocromática, diversas lámparas montadas en el techo de una habitación blanca emiten una luz amarilla que reduce el rango espectral de los colores a dos tonos. Las lámparas están a una frecuencia de 589 nanómetros aproximadamente, sobre su longitud de onda sobre la región amarilla en el espectro de luz.

La experiencia es diferente para cada persona, sin embargo, según Olafur Eliasson, el impacto más significativo de la luz amarilla es la compresión de que la realidad está muy condicionada por nuestra percepción de ella y argumenta, que la visión en sí misma no es objetiva, y esta comprensión puede ayudarnos a comenzar a vernos a nosotros mismos y a nuestro mundo en una luz diferente.

Conocer la obra monocromática de Eliasson nos ofrece la oportunidad de ver diferentes perspectivas, de observar el mundo desde un punto de vista diferente. Hace que logremos ser capaces de comprender los límites de nuestros sentidos y enfrentarnos a la relatividad del color.

Entender cómo vemos el color puede hacernos reconsiderar cómo constituimos el mundo. Lo monocromático puede hacernos reflexionar acerca de lo que percibimos. Eliasson  a través del arte y la ciencia nos muestra cómo el cerebro humano ajusta el color de los objetos dependiendo de las condiciones de luz en el que se encuentre. Si la luz es alterada de cualquier forma, el mundo nos parecerá diferente. Las investigaciones respecto a la percepción del color nos han aproximado a comprender la importancia del color para interpretar y relacionarnos con el mundo.

Lidia Macías.